lunes, 19 de noviembre de 2007

Vamos empatados

Tu, el que te descojonas desde el lado salvaje del espejo, y yo, siempre buscando una pluma más por el camino para que termine de ganarme de nuevos las alas y mandarlo todo a tomar por el culo. Lo siento por los escépticos pero lo ángeles modernos bebemos ron como los piratas, visitamos ciertas alcobas y nos está permitido decir un número indeterminado de tacos. Claro que, esto no es el objeto de nuestro cometido, la verdad, estamos bastantes repartidos.

Están los de los animales, los que se dedican a ayudar a los más indefensos. Son los más locos de todos, siempre comiéndose las flores, los vegetales, los verdecitos por fuera y muy cabreados por dentro, siempre a la gresca por toda la incomprensión que ven por su causa, muy duros y se deshacen delante de una pobre gatita indefensa.

Esos lucharon mucho en la caída. Decían que estaban hartos de las clases y los cielos llenos de estrato y salas VIP, dónde cabían muy pocos y el resto, los más, se quedaban fuera.

Luego están los que, accidentalmente, te acogen para ponerte una copa más, o subirte a un taxi, o jugar cuatro horas seguidas a la play sin parar de descojonarse, los que no te cierran la puerta en la cara y que, si pueden, le ceden el asiento del bus a las señoras de tercera/cuarta edad y las tías buenas, claro.

Están los que te echan un buen polvo cuando la pasión se la comió la tele, o solamente te sonríen de paso, en un vagón de tren, un segundo, sólo un segundo y te olvidas del lunes cabrón y de que estás dentro del metro.

Están las que se dan la vuelta, te miran el examen, sonríen y te pasan un par de preguntas, y tu te quedas pensando que lo que más les importa es que te des cuenta de lo mucho que saben. Reparten café entre los mendigos, cada noche a la misma hora. Esas son las de sexo femenino. Entre nosotros la llamamos las ciencias exactas porque NO DUDAN EN TODO MOMENTO DE CUAL ES EL CAMINO MÁS CORTO PARA LLEGAR A SUBIR DE RANGO. Fíjense lo nervioso que me ponen que escribo en caja alta. Estos son los llamados ángeles sociales. En realidad, evitan miles de suicidios al año, son adictos a las fiestas, al mar, a la compañía de los de su mismo grupo, que son pocos, muy eficaces, y totalmente locos.

De los otros no me está permitido revelar mucho. En primer lugar, porque, dicha sea la verdad, tengo bastante poca información al respecto, y la segunda porque, por lo general, pertenecen a las esferas de poder, son dirigentes de organizaciones dedicadas a salvaguardar derechos. Son muy pocos y muy bien preparados, se camuflan durante mucho tiempo y, aún así, de vez en cuando, perdemos alguno por la presión a la que están sometidos. Éstos, en la lucha de la caída, fueron generales, pero les perdió su propia vanidad y dejaron escapar un grupo de vencidos, que se instauraron en un planeta azul y, por eso, estamos todos, aquí, en la tierra, los vencedores, los vencidos, los hombres y los camuflados, para que rasques el cromo y adivines si sale el 8 ó el 666.

1 comentario:

estrelladelcamino dijo...

¡Y yo que siempre he creido que los que saben cómo ascender rápidamente hasta el último escalón, no importa a quien tengan
que pisar, son los de género masculino!....

Las féminas (y sobre todo las que nos dedicamos a lo "social")hace tiempo que leimos el libro "las chicas buenas van al cielo y las malas a todas partes" y decidimos que entre el blanco angelical y el negro 666 hay una amplia gama de colores...

Besos