Me emociono cuando mondo el corazón y traduzco en palabras lo que siento, y recibo en forma de comentario, mensaje, e-mail o SMS la palabra precisa que cantaba Silvio, de personas que sé que encontré en el camino por que sencillamente somos instrumentos de una misma sinfonía.
Hace mucho tiempo que no creo en la casualidad, casi tanto como cuando decidí que el boli sustituiría la tristeza y seguiría el dictado del que soy para transcribir en tinta, lo que no puedo expresar en lo cotidiano por falta de valor o simplemente por no encontrar la situación propicia para enseñar lo que no se ve. Y este blog nació de la decisión de dejar de almacenar papel tintado en casa o en los bolsillos de los vaqueros. Tengo la absoluta seguridad de que lo mejor que escribí en mi vida (que tampoco es decir mucho, la verdad) se lo llevó la centrifugación de la lavadora.
Dentro de ese universo mágico de lo que no se ve están las continuas muestras de amor de esos los míos, que me acompañan en los aciertos y algún que otro revés que, como a todos, la vida me reserva. Creo que la mejor forma de aprender a amar a nuestro alrededor es encontrando en los demás parte de nosotros mismos, a veces por completarnos, a veces por la diferencia, pero siempre en la igualdad. Y eso más allá de condiciones sociales, sexuales, y educación impuesta o recibida, de tantas diferencias. No me cuesta nada reconocer al niño perdido, aventurero, salvaje, soñador, inconformista y, más allá de cualquier adjetivo, encontrar parte de mi en muchos de los que en estos tiempos de lucha cotidiana, pasaron del pensamiento a la palabra para enviarme una respuesta positiva que reza como en los buenos epitafios: Estamos contigo.
No tengo corazón para corresponder todo el cariño, la preocupación y el amor por parte de los amigos que visitan entre el mar y el asfalto. Lo que queda de eso es sólo la punta del iceberg traducida en algún comentario, y lo más bonito es lo que no se ve, y no sé con cuanto acierto trato de explicarlo para resumir todo el sentimiento en una sola palabra:
Gracias
Sé que transitamos juntos el camino del corazón
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4 comentarios:
Podrías haberlo hecho más corto... más conciso.
Podrías haberte ahorrado esfuerzo y tiempo.
Podrías resumirlo todo en una sóla palabra : AMISTAD
Pero sinceramente Cristian... no te hubiera quedado tan bonito.
Espero que éste sentimiento tan hermoso te dure hasta el momento de pagar la primera ronda.
Que en la segunda ronda permanezca.
Que en la tercera no te acuerdes.
A la cuarta me apiadaré de tí.
Un beso.
TOUCHÉ.
TOUCHÉ.
Gracias a ti por estar ahí. No solo el blog sirve para no perder lo escrito también para acordarse de lo que uno ha hecho, por lo menos en mi caso, que este alemán algún día va ha acabar conmigo, si ese, Alzheimer.
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