lunes, 17 de septiembre de 2007

To much Galadriel

Siempre algo o alguien me recuerda a ti, a lo que siento, a como podría ser la vida para dos personas que se conocen y se quieren desde antes de cumplir los diez años. E, inevitablemente, una parte de mí se emociona y otra se ciñe a tenerte lejos y sentirte tan cerca que, cuando menos lo espero, me llega tu recuerdo, seguramente de un rayo de luz de Venus, la estrella de la mañana (la que preferimos los noctámbulos), que puede ser vista tanto de día como de noche y marca la dirección del sol.
Y la verdad... no podría ser de otra forma. ¿Por qué te crees si no que los geniales necesitamos llevar gafas de sol a cualquier hora? Porque el brillo de nuestra estrella (planeta) ciega y pasa el tiempo sin que pierda intensidad, señala siempre la dirección de la luz, del calorcito, del mar, de todas las cosas bonitas que guardo desde que una parte de ti me abrió los ojos para aprender a verlas.
Y, sí... lo siento, pero esta noche soñé que te abrazaba y de alguna forma sé que por muchos brazos que me reciban en esta vida nunca sentiré que todo está en su sitio, que tiene sentido y que merece la pena volver, sólo por verte.
No es que te quiera más porque no puedo, tampoco es un ataque incontrolable (tranquila), ni un dolor de corazón, simplemente es que sé que eres tú, y a veces tener esa certeza pesa tanto como quererte en libertad.
No te preocupes que no me falta el aire, solamente algunas noches me susurra tu nombre.....igual es que con la edad me cuesta vivir permanentemente en guardia para poder controlar incluso los sueños......

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