lunes, 3 de septiembre de 2007

¿Que si gira?

Te despiertas y una parte de ti lo ve normal, si no hubieran pasado unos 5 años y todo, incluidas todas tus células, son diferentes. Si lo mido en soles, me quedo con mucho trabajo, amor y lo que pudo ser; si lo mido en lunas, no quiero enseñar tan pronto las cicatrices y olvidar la luna roja de julio y los besos que me tiraron a la cara. Siquiera es el momento, ha finalizado un capítulo de mi vida y este fin de semana el destino me regala una página que me devuelve directamente al pasado de tu cama, que ya no es tu cama, sino la mía, en otra casa, muy cerquita de donde vivías, y te conocí con 22 primaveras y media humanidad invitándote a desayunar.

La diferencia, y no se si es para bien o para mal, es que ya ni pido el teléfono, simplemente por que ya lo miras desde fuera; ni corres la calle para llegar pronto a casa si te dejas el móvil; ni pasas mirando por los alrededores de tu vida, de ningún barrio de ninguna parte. Si cierro los ojos, te beso más por que son más reales los besos que las personas que los dan. Igual es que, simplemente, me estoy haciendo mayor y empiezo a desaparecer o se me ha difuminado el corazón corazón de tanto correr por correr.

En medio de la noche también sale la luna, y esa sí que es mágica y sí que tiene la culpa de que nos encontremos sin quedar y de que no te encontrara nunca si quería. Al tiempo, me cuentan que me viniste a buscarme cuando no estaba y saliste corriendo al verme. Un saco de besos que no sabes si, simplemente, es el momento de bajar la guardia y querer por querer, no por lo que quiero ni por lo que espero, por este ratito que también tiene su valor.
Que te mueras besándome y luego continúes la vida, es parte de la magia de una mujer que, como los velos de Sherezade, te rozan y después desaparecen con el viento a vivir mil noches más; que la una ya te la regaló el destino y sólo puedo agradecerlo. Así, no pierdo el tiempo regresando porque, al final de la página, un asterisco te manda directamente a un capitulo sin número que dice que continúa la vida de suspiro en suspiro y de lucha en lucha, sin encontrar asomo de destino.
No se si es mejor partirme en dios o en dos de vivir, o el hospital que encontré en medio de ti este fin de semana. Si te hace falta, otro día estaré encantado de buscarte las cosquillas, que tienes una sonrisa preciosa.

1 comentario:

RAF71 dijo...

A veces la casualidad es nuestra aliada y siempre hay que aprovecharlo, eso que te llevas de más, siempre de más.

RAF71