lunes, 29 de octubre de 2007

Llegó una Noche tras la tormenta

Si supiera lo que buscar, empezaría por establecer metas imposibles.
La primera y más importante, encontrar música bonita para tan ardua labor.

La segunda es ordenar el mundo, que a fuerza de entropía tiende al caos.

La tercera acentuar lo imprescindible. Tildar el amor, los colores, la luz, la libertad de ser tu mismo y la paz necesaria para luchar sin tregua y de forma certera. Todo con acentos marcados y cada uno a su debido tiempo.
Hacer una pausa----(pausa)----
Romper la lista anteriormente escrita., encontrar un lenguaje común, ese que produce la comprensión entre lo que sientes y lo que ocurre, entre los demás y tu corazón.

Luego y siguiendo el tempo previamente marcado por el sino, es fundamental caminar mucho, que no es lo mismo llegar que disfrutar del paisaje.

No olvidar la cocina. Mezclar todo lo que sueñas a pequeñas dosis, dejarlo a fuego lento y mientras obtienes la cocción deseada, lanzarte al frenesí de un baile inexorable con el destino.

Aceptar que es más importante, aprender que saber, escuchar que hablar, relajarse que perderse y disponerlo todo para que cuando llegue el temporal, puedas cerrar los ojos cansados y despertar con la alegría de saber que en medio de la noche, alguien que te quiere llegó a casa.

PDT.: mientras escribía estas líneas, dormías, Ella Fitzgerald rompía el silencio y despertaba la mañana de un domingo nublado y lleno de luz

1 comentario:

Sansoncita dijo...

Estas de un tierno que te sales.
Por cierto, a ver si hacemos esa cena y me enseñas a hacer la crema de berenjena y Nik dice que quiere aprender a hacer tus ñoquis. Vale?
Un besito y pasalo bien.