martes, 30 de octubre de 2007

lunes, 29 de octubre de 2007

Llegó una Noche tras la tormenta

Si supiera lo que buscar, empezaría por establecer metas imposibles.
La primera y más importante, encontrar música bonita para tan ardua labor.

La segunda es ordenar el mundo, que a fuerza de entropía tiende al caos.

La tercera acentuar lo imprescindible. Tildar el amor, los colores, la luz, la libertad de ser tu mismo y la paz necesaria para luchar sin tregua y de forma certera. Todo con acentos marcados y cada uno a su debido tiempo.
Hacer una pausa----(pausa)----
Romper la lista anteriormente escrita., encontrar un lenguaje común, ese que produce la comprensión entre lo que sientes y lo que ocurre, entre los demás y tu corazón.

Luego y siguiendo el tempo previamente marcado por el sino, es fundamental caminar mucho, que no es lo mismo llegar que disfrutar del paisaje.

No olvidar la cocina. Mezclar todo lo que sueñas a pequeñas dosis, dejarlo a fuego lento y mientras obtienes la cocción deseada, lanzarte al frenesí de un baile inexorable con el destino.

Aceptar que es más importante, aprender que saber, escuchar que hablar, relajarse que perderse y disponerlo todo para que cuando llegue el temporal, puedas cerrar los ojos cansados y despertar con la alegría de saber que en medio de la noche, alguien que te quiere llegó a casa.

PDT.: mientras escribía estas líneas, dormías, Ella Fitzgerald rompía el silencio y despertaba la mañana de un domingo nublado y lleno de luz

jueves, 25 de octubre de 2007

Dónde muere el amor

Ya no sonríes. Me de igual si te veo. No me acuerdo de nada. Hace mucho tiempo que no me paro sólo a mirarte tranquilo. Siempre quedo con gente. Ya no salimos solos. Vamos de compras a los mismos sitios, a por las mismas cosas.

En las llamadas perdidas, en las explicaciones que no te pedí, en los silencios largos.

En el miedo a perderte, en los gritos.

En el portazo, en la furia, todo gira de nuevo y se tambalea.

En las discusiones tontas.

En el olvido, en los mensajes comprometidos, en los nuevos amigos.

En las mentiras piadosas.

En los desplantes, en las dudas, en esa puta calle que decides un día que no volverás a andar y ya no cruzas la línea de los que aman por nadie, y te mantienes en el sitio seguro de la tristeza, donde sólo quieres mirar al frente y llena de lágrimas. Crees que persigues tu destino y lo único que haces es cerrar muy fuerte los ojos y subir el volumen del ruido para no escuchar al corazón que te pregunta a quién quieres, pero ya no tienes tiempo ni paz para escucharlo.

Y te partes de nuevo en dos y te reúnes en la soledad.

Dónde se esconde el amor

En la pupila interrogante, en la sonrisa, en la palabra.
En alguna canción antigua que rememoramos, en el pensamiento de la ausencia, en el silencio cobarde ante la presencia.
En las mañanitas de sol, en los paseos al atardecer.
En un dios piadoso que, por un instante, detiene el tiempo, el giro de la tierra, y el cielo viste de noche y muestra fulgurante el brillo de una estrella, y el camino de plata que dibuja sobre las olas de un mar infinito, conducen a una playa donde, tú, desnuda, me miras, me sonríes, me hablas sin miedo y me tiendes tu mano para entender, de nuevo, que en el hueco entre tu mano y la mía es donde se esconde ese misterio del amor.
que me parte en dos y me reune

jueves, 18 de octubre de 2007

Del azul al rojo

Sobre el azul infinito, entre la desaparición y el confín de la línea del horizonte, andábamos tratando de perdernos el uno del otro, y sin siquiera buscarte.
Miraba a un lado y me sorprendían tus ojos, en el sitio dónde se forjó la primera sonrisa, la primera nota musical, la caricia, los azules del verde al profundo y marino que duerme en mi alma.
Tú, que nunca fuiste, y yo, que siempre soy, la promesa del atardecer me acompaña entre las páginas del pasado, la música que nos regalamos, el tiempo, alguien que se parece mucho a mí, pero más joven, espera sentado en un portal del que estaba seguro que nunca saldrías para terminar abrazándote, cerquita de la tienda tonta y boba de uniformes. Verte después salir corriendo para no encontrarme, y regresar con la nieve del tiempo en tu pelo, tan cerca de dónde vivimos, como siempre y por casualidad tan cerca.
Dejo la espada para jugar con muñecas y un estoque me revienta en medio de la noche. Otra vez el suspiro a la callada, mirar con hambre de tu cuerpo, ver cómo se evapora tu sombra y esa oscuridad a la que no quiero volver a enfrentarme, me pide que te guarde congelada al ladito de los guisantes, mi sexo me pide que te guarde en la mesita de noche y mi cabeza me grita corre, todo al mismo tiempo. Al corazón no lo dejo hablar, que ése está es cuarentena esperando un transplante en rojo.

martes, 16 de octubre de 2007

Cuestión de Tiempo


¿Cuántas generaciones son necesarias para entender que nos jugamos el presente, ya no el futuro? ¿Por qué esa carta la quemamos cuando empezamos a pensar la paradoja de la sociedad del bienestar?. Creo que mi hijo, en el caso de que lo tenga, volverá a vivir situaciones que en el siglo pasado dábamos felizmente por superadas. Plagas derivadas por el ascenso de las temperaturas, un mundo separado por la diferencia, sobre todo económica... Desaparecerá totalmente el sueño de la clase media, esa antigua ilusión de que es posible que el rico entienda que tiene que pagar un precio justo a la persona que esclaviza durante muchas horas al día.
La verdad es una sensación extraña, me da miedo el futuro y no porque personalmente me preocupe lo que me pueda o no pasar, sino por el sufrimiento que éste puede acarrear a miles de inocentes, desde animales a personas.


No es difícil imaginar una sociedad tecnócrata dónde unos pocos privilegiados vivirán con todo tipo de comodidades, más tiempo, más guapos y más sanos, mientras el resto sufrirá la realidad de buscar algo de ropa y alimento cada vez más escaso. A esto, le podemos añadir la falta de agua y el flashback de volver a matar por permanecer cerca del río. Ampliemos el cóctel con la ausencia de electricidad o, mejor dicho, el final de las energías que no sean renovables. El resultado es claro: enfermedades, falta de alimentos básicos (que no sean los de producción autóctona), de agua y energía. Esto supondrá atrasar en 2000 años la Historia del común de los mortales. Claro que, unos pocos podrán acceder a escoger el color de ojos de sus hijos, el tipo de complexión de su cuerpo. inhibir el envejecimiento, y anular la impotencia y los kilitos de más con una sola pastilla.
Mi preocupación infantil siempre fue si llegaría a ver volar los coches. Lo que me está dejando acojonado es que no se si veré saltar por los aires a la sociedad del consumo brutal, tal y como la conocemos. Pero a este final de Mad Max que tan catastrófico parece le queda una esperanza: la Re-Evolución.
Cuando más puteados nos veamos, cuando la supervivencia imponga una ley más allá de la judicial, y de pura frustración salgamos a las barricadas, entonces y sólo entonces, sumaremos los millones de personas que viven sin nada y los poquitos que tienen de todo. El resultante de la ecuación es bastante claro. A ritmo de una marsellesa en versión trance o bit o como se llame la música del momento, incendiaremos la tierra para crear de sus cenizas un mundo libre.
El futuro es una postal de un niño vestido de Tarzán, meando sobre los restos de un antiquísimo rascacielos de una época dónde el hombre estaba aprendiendo a dejar de ser esclavo y encontrar la LIBERACIÓN.

¡Ah! Una última reflexión para los que tengan hijo, sobrino o parecido. Intente, entre las clases de natación, música, inglés, levitación y demás gaitas, incluír algo de aprendizaje de artes marciales y espada. Nunca se sabe qué es lo que más le servirá en el futuro a su infante.

Bloggers Unite - Blog Action Day

lunes, 15 de octubre de 2007

Pater Poseidón


Te regalamos un día de sol. Pasea por la playa, duerme cerca de tus amigos en la arena, seca tus lágrimas, dale fuerza a tu cuerpo cansado. Recuéstate en la mano de Poseidón, escucha su sonido. Prepárate para la batalla, para que no puedan cercenarme lo que me queda de corazón, para no perderme en la marea de este extraño tiempo, para recuperarme del naufragio, juntar de nuevo fuerzas para vivir en la galera y seguir bogando contra corriente.
La experiencia equivale a renacer de este asedio al alma, de esta profundidad que a veces me persigue y encontrar, como los viejos navegantes, la dirección de una estrella que, por mucho que azote el temporal, siempre resplandezca y me lleve a la playa donde me esperan los míos. Allí, todos somos niños, nadie es más que nadie, y alguien que me ama, sin más que amor por amor, espera que me siente a su lado, en la hoguera, y cantemos canciones en el idioma de la felicidad mientras tocamos el tambor, uno que suena como una oración antigua, tan vieja como nuestra alma...

miércoles, 10 de octubre de 2007

Sin remedio

Si recargo energía y la sombra que vive a mi lado espera que sople el viento a favor y me lleve lejos del mundo y muy cerquita del mar, dónde pueda decir que no me importa si estoy.

Si rompo de un balazo la cadena que me une al recuerdo, a la locura y al amor, me desnudo y entro en un océano de estrellas, es sólo porque el granito, las horas, las mañanas de agenda llena, los números verdes o rojos, los metros cuadrados, el encantado de conocerle y adiós muy buenas, las ínfulas de Armani y el tipo de llantas magníficas del coche me da totalmente igual.

A veces, pienso que en una vuelta de tuerca inexplicable, aparecí en este planeta tan bonito, habitado por personas tan extrañas. Al principio, tenía la sensación de pertenecer a otra época pretérita. Con el tiempo, me he dado cuenta de que no es así, sino a otra galaxia. Seguramente porque, al crecer, quise ser extraterrestre, mientras los que tenía cerca quisieron ser gerentes, o encargado, o comerciales, o médicos. Yo, que renuncié al sueño de ser pirata por el de sobrevolar las estrellas, me encuentro encerrado, rodeado de personas y muy solo.
Menos mal que, de vez en cuando, encuentro alguno de los míos y me regala alegría para vivir, o algo que aprender o, simplemente, una bonita canción.
¿Encontrare la nave?

lunes, 8 de octubre de 2007

A modo de Francesco


A veces, de tanto caminar sin rumbo conocido, encuentras involuntariamente, una playa, un brazo, la pata de un amigo, en definitiva, algún sitio donde dormir al refugio del raso y tumbarte tranquilamente a lamerte las heridas.

A veces, entre los problemas, el estrés y la falta de fe, algo te abstrae, separándote del resto de circunstancias, como si una inmensa mano te sacara del juego para dejarte al dolce far niente, en el duerme vela de la alegría, que no es lo mismo que la felicidad, pero se le parece lo suficiente como para cerrar los ojos y relajarte un poquito… aunque sea relájate solo un poquito.

Quizá sea por justicia poética, como una especie de compensación de lo sufrido. Llevas 10.000 puntos tristeza y te toca canjearlos por vida, o simplemente, porque en medio de la tormenta miras menos alrededor, concentrado en campear el temporal o en la próxima ola de movidas, y pierdes la bonita costumbre de ver si sigues solo, cuando te sorprendes luchando con un lobo al lado, que es una fiera, que es un hermano y que, encima, le molan los leones que comen tofu. Es parte de la locura inexplicable de levantarte y tirar los dados del azar.

Parece extraño, pero el pasado no sólo es un poso de tristeza, sino también un cúmulo de experiencias de las que, a veces, regresa algo inesperado y te sientes un poco como San Francisco, que andaba los caminos ayudando a los animales y acompañado de un hermano lobo de aspecto fiero, como el Fenrir nórdico que ataron los dioses, conscientes de que, en algún momento, provocará su propia caída.

En la sociedad vikinga el mayor destino era morir en combate. En la nuestra, aguantar la vida aunque sea enchufado a una máquina. ¡Que tiempo lobo, que tiempos!

jueves, 4 de octubre de 2007

EL VALOR DEL DESPERDICIO

Me acompaña un regimiento de perdidos, de desesperados, de desahuciados, de gente en paro, que apenas tienen estudios, que apenas tienen ninguna oportunidad de salida, que siquiera entienden del todo el idioma que habla el resto.

Me acompaña una legión de ex personas reducidas a la búsqueda del mendrugo de pan y a solucionar el día como puedan que, de tanto renunciar, renunciaron a si mismos. La fortuna es un pájaro que nunca voló sobre sus cabezas. La alegría es una estación de tren que recorrieron en su infancia los más afortunados, y el amor es el recuerdo de unos brazos extenuados que conocieron muy lejos y hace mucho tiempo, y unos ojos que no puedes olvidar.

Me acompañan miles de personas que saltaron fronteras por el aire, el mar o la loca carrera; que viven de la explotación, la limosna, las drogas o el robo; que dejaron todo lo que no tenían, para encontrarse con todo lo que no tienen.

Me acompañan hombres y mujeres de todo el Globo: África, Sudamérica, Los Balcanes, Oriente… del mundo entero. Huyeron de Dios sabe cuántas dictaduras, injusticias, miseria, enfermedad y sufrimiento. Escaparon, arriesgando su vida, para dar esperanza a sus familias y no encontraron ni vida ni esperanza, ni nada.

Son como yo o mejores, tienen sentidos, sentimientos, cuerpo, necesidades. Piensan, sufren y padecen igualito que yo.

Pero no tienen nada, ni país, ni papeles, ni dinero.

Y POR ESO, SU VIDA SÓLO ES UNA MIERDA MÁS, TIRADA EN LA CUESTA MI CALLE

martes, 2 de octubre de 2007

Materia de la existencia a través de los sentidos

De comprender
De caerte, de correr, de crecer, de probar sabores nuevos, de enamorarte. De encuentros y desencuentros, De las alegría pocas y de mucha bruma, mucha niebla, como las de Avalón, (espero que, llegado el momento, la última fiesta la dé en la isla).
De tiempos muertos, como los anuncios de la tele, tiempos comerciales para que compres y te entrampes bien, tiempos sociales para que alguien te diga que eres algo y tú te sientas satisfecho, tiempos sin tiempo como los de dormir solo y sin sueños.
De aprender a leer
De los sabores, dulce, amargo, dulce, agrio, dulce y por fin salado.
De los olores, de madre, del plástico de los juguetes, del comedor del cole, de la chica que se sienta cerca, de hoguera de campamento, de cama sudada, del ozono de tarde de lluvia, de coche y gasofa, de pólvora, de flores y cera de velatorio, de comida preferida, de sexo que pide sexo, de templo. Exóticos de otros países, de papel de libro antiguo, de acero de espada en toledo, de avión dentista y consulta de médico que huelen todos igual y tienen la misma música, de beso salado y con crema en la playa, de casa trinchera solitaria, de café caliente en invierno, de perfume de mujer, de mujer. De ti.
De Literatura
De mirar por dónde pisas, presta más atención, de las películas, las formas, los cuerpos que cambian, las letras en negro impreso, a través de los cristales, del color con que se mira, de limpia y de pícara, de corazón y quebranto, de robot que trabaja delante de una pantallota, de los colores nuevos, de tus ojos. de tu mirada, de tu mirar.
De música
De música, de gritos, de silencio sonoro, de llanto de niño, de ladrido de perro de bienvenida, de canción saltando a la comba, de los 40 que no volverás a soportar, de móvil, de tu voz temblando de emoción, de placer, llorando. De tu voz cuando me llamas y me sacas del infierno, de tu voz.
De ti.
Y de todas esas cosas que me dejo en el tintero es lo que compone la vida en sentidos, lo real siempre está detrás de lo que se toca, saborea, huele, ves, escuchas, piensas y sientes.