martes, 8 de enero de 2008

Abrir: Comenzar el día, el mes y el año con los sueños intactos

Cerrar: Terminar el día, el mes y el año con los sueños cumplidos.

De los cantos celestes y las sirenas mudas, sobrevivimos. Noventa días de invierno o un hemisferio me separa del Sol de verano y aún siento la energía de que lo posible está vibrando dentro. Ya no quiero vivir en los 80 y repetir las mismas frustraciones; se supone que he crecido.

Dar las gracias es la posición idónea para comenzar. Gracias por la mañana. La noche no la recuerdo y prefiero comenzar feliz. Lo que venga bueno será así, será bueno. Parece que estoy cantando la canción del un loco pero a veces hay que enloquecer para entender ciertas melodías.

Este año voy con el firme propósito de cumplir todo lo que tengo que cumplir y así, lo que consiga, me alejará más de lo inconsecuente de estar en el gris de mi capacidad que con los años mengua y de ver lo negativo dentro de lo negativo. Parece un trabalenguas pero prefiero feliz ver como todo se cumple a pensar que no, y luego, acertar en el resultado.

Después de los agradecimientos, comienzo con la canción del Pirata, que si, que no me quedan más cojones tras las vacaciones y, además, ya sabes que todos los del camino, siniestro y la adrenalina como bandera, al final, la acabamos entonando y, por supuesto, bebiendo Ron, Ron, Ron... No te enfades, Rubén, que parezca más incongruente de lo que acostumbro, que no es poco. Es simplemente que no encuentro las palabras ni el porqué exacto pero lo voy a hacer y punto ;

Yo casi consciente y con mis capacidades mentales tan mermadas, que hasta parezco una personal normal, declaro el año 2008 como el que se conocerá y pasará a la historia como EL AÑO COJONUDO, para que así figure en los sellos, las placas y donde quiera que aparezca. Si alguien es tan imbécil que necesita razones, simplemente, ni las tengo ni me hacen falta.

Que lo celebremos los 360 días que nos quedan.

No hay comentarios: