miércoles, 20 de junio de 2007

Con la voz partida


Que sea media noche a las cuatro de la tarde en el curro no es extraño, que salga a la calle y encuentre mil ojos vacíos de tu mirada, no es extraño, redobla la guitarra de mis desvelos, me acompaño de una sombra que tiene tu forma y siempre que la abrazo desaparece, cárcel de oro.

Y yo sigo aguardando, tanto que a veces se me escapa mirar el teléfono y no llamarte, mirar el reloj para pensar que estarás haciendo ahora y seguir con la callada por respuesta, la duda es un liquido que corroe las entrañas, el respeto es la maldición que me impide verte, el amor es lo que hizo que te marcharas…

Mañana al amanecer redoblan las campanas de tu ausencia. Darme aunque no pueda más, darme en las calles, en los balcones, en las sonrisas extrañas, en los atardeceres, darme en todos los días, en los desvelos, no llamarte a gritos de silencio, puñados de primavera que voy perdiendo, que entre las calles me voy perdiendo….
Mañana, tras tu ventana mirando al cielo…
Mañana tras tu ventana, que no te tengo, que no te invento
Cambio por un puñado de luz, un corazón en silencio, mudo de tus palabras de mis desvelos.
Mañana si es que no siento, si es que no siento.
Vuelo, de una gaviota que a líneas blancas recorta el cielo.
Dame, dame la libertad de quien se siente, por que tu sientes lo que yo siento,
La libertad que rompe el tiempo.
Que desata los nudos que une el amor con el sufrimiento.
Noche manchada de estrellas, de luna blanca y afilada, que corta el cielo de tu recuerdo, a la negra noche tu negro pelo, mi negra ausencia, tus negros ojos que no despego de la armadura que se me oxida, que se rompe a golpes de silencio, de tu silencio…
Canta gitano a un corazón que ama mientras se pierde en el viento.

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