viernes, 29 de junio de 2007

Entre el mar y el asfalto


Existen miles de espacios indefinidos a nuestro alrededor dónde podemos encontrar una porción pequeña pero sincera de felicidad. Muchos están guardados en la memoria; los podemos asociar a olores, sabores o sensaciones, a veces habitan en nuestro inconsciente, a veces volvemos a sentirlos y se abre la caja del pasado con un recuerdo especial, íntimo, personal e intransferible. Es la geografía de la felicidad, los lugares dónde alguien que se parecía mucho a mí y evidentemente ahora no soy, fue feliz.

Los de la infancia seguramente son los más poderosos porque este tipo de sentimientos gana vigencia con el tiempo. Nunca olvidaré el olor de la lluvia golpeando sobre la malla de alambre que, por seguridad, puso mi madre en las ventanas, ni el sabor metálico de las gotas. La luz de esa hora de media tarde, temprano ahora y tarde entonces, en la que regresaba del colegio a casa. El sabor del risso al forno que preparaba mi abuela, el polvito que te quedaba en las manos al jugar en el parque, la niebla de las mañanas de invierno al ir a clase, las hogueras de campamento e, incluso, recuerdo el olor del osito al que me abrazaba cuando tenía miedo, y así, miles de sensaciones tangibles del pasado...

Después vinieron los espacios corporales, los que alguna vez consideramos nuestros, los que estaban cargados de olores, sudor, placer, saliva y, por último, ese sabor amargo a pólvora mojada que deja en el paladar la tristeza bañada en lagrimas y soledad.

Los de la imaginación… esos casi son más reales que los del recuerdo que, por mucho que queramos o consideremos vivos, son parte de nuestro pasado y alimento del futuro Alzheimer, están formados por los libros que leímos, por las canciones que nos gustaron, por los sueños que cumplimos y por las películas que en algún momento nos conmovieron. Los de la imaginación son perfectos, espacios en los que caben todos y todo tipo de situaciones placenteras que queramos recrear. La magia empieza por soñarse feliz; el resto, creo que viene dado por el tiempo y el propio reconocimiento de lo que antaño vivimos como un desastre y ahora celebramos con tranquilidad. De estos espacios imaginarios salió el indefinido que habita entre el mar y el asfalto, a medio camino entre mis pesadillas y mis sueños, ese punto basculante de conciencia que a veces me sitúa encerrado tras los barrotes carcelarios de una oficina o directamente mirando al mar delante de una hoguera rodeado de mis animales y mis amigos, que son una extensión de lo mismo.
Entre el mar y el asfalto es un espacio abierto y libre que mis propios fantasmas crearon un día para publicar tristeza y que ahora se está tildando de obsesión literaria para martirio de mis amigos, y por esos mismos y por lo que está ocurriendo, quiero dar la bien venida a este espacio a mi gente:

A todos los que abandonaron sus esperanzas cambiándolas por simple curiosidad vital, bienvenidos.

A todos los que continúan soñando que entre todos podemos cambiar el mundo, por muchos cabrones que continúen dirigiéndolo, bienvenidos

A los que traen la armadura y el corazón partidos por no ser espectadores y vivir loca e intensamente cada revés y alegría , bienvenidos

A los que creen que los animales son nuestros compañeros y no se merecen el deleznable trato de les damos, bienvenidos.

A los que prefieren los vaqueros y la camiseta a los trajes, las reuniones de amigos a las de negocios y el botellón compartido que el Don Perignon solitario, bienvenidos

A los que alguna vez dejaron en algún aeropuerto, estación de bus o metro un trozo de su alma y decidieron que la vida continúa una mañana soleada de resaca y besos mercenarios, bienvenidos
A las que prefirieron en alguna ocasión ser putas a princesas, que regalaron algún beso sólo por que se lo pidieron, y que no fueron del todo fáciles ni difíciles, pero nunca jamás fueron bordes, bienvenid@s

A las de las tetas gordas que tanto me gusta también bienvenidas

A cada amig@ que tanto quiero y siempre necesito, bienvenidos

Y en pocas palabras: a todo aquel que bueque refugio trasnochado, y se asome a esta página y sienta que no está tan solo, ni todo está totalmente perdido, y por supuesto bascule a la izquierda de Dios.
Les doy la bienvenida a este vuestro Bolg.

P.D: Es viernes, viva la pedazo de fiesta que me voy a pegar de orgullo este año!

jueves, 28 de junio de 2007

El MURO


Llevo 30 años construyendo un muro que me separa del resto. Empecé a hacerlo sin apenas darme cuenta: las primeras piedras seguramente fueron fruto del niño inconsciente que se sentía diferente, porque no sabía jugar al fútbol. Las siguientes fueron gracias al sistema educativo que viví en el colegio, en el que me obligaban a cantar el himno de España cada mañana, como recuerdo de un dictador desaparecido, y que no se dio cuenta que el niño zurdo no tenía por qué escribir con la mano derecha (aunque esa querencia a la parte siniestra de la vida se convirtió más tarde en una constante), y que por hablar poco y dibujar mucho me terminó convirtiendo en un perfecto repetidor.
Muchas piedras las pusieron las personas que tenía a mi alrededor, seguramente los adultos que empezaron a observar la diferencia. Los estigmas sociales se cargan desde pequeños; son pobres, una piedra, son medio extranjeros, otra. Aún recuerdo a un profesor de guitarra que me preguntó cómo podíamos vivir tantos en una caja de cerillas. Y yo no supe qué responderle, muerto de vergüenza y cargado de piedras.
Después vinieron las relaciones con el resto de la materia adolescente de la época y, claro, no teníamos ropa de marca (por decir algo, apenas teníamos ropa), nos comprábamos las zapatillas en Los Guerrilleros –recuerdo una sudadera con un dibujo de Rambo II que me turnaba con mi hermano mayor, del que heredé durante años cualquier atuendo, y acabó borrándose el dibujo de tantos lavados–. 2 pantalones militares de El Rastro, un par de camisetas por verano y poquitas cosas más formaban nuestro fondo de armario.
Recuerdo una discusión con un grupo de chicas adolescentes que nos aseguraban que el estilo y la elegancia no tiene nada que ver con el dinero (incluso vi esa especie de frase bandera escrita alguna vez en las páginas del ¡Hola!) y, claro, nos cargaban de piedras, más piedras: por ser insumiso y no creer en el ejército, más piedras; por estudiar arte, más piedras, por tener amigos gays (no era la España de ahora, donde incluso parece estar bien visto) o por cada diferencia, una piedra más, hasta construir un muro alrededor. Si quedaba algún agujero por el que otear el horizonte, el miedo ponía una piedra más y lo tapaba: el paro, la falta de relaciones y el puro ostracismo son el fruto de todas esas piedras que desde pequeño la crueldad de la sociedad material nos carga, como esa metáfora que nos contaban en religión, en la que si pecas Dios te pone una piedra en el saco de las cuentas... Es que, según ellos, hasta Dios te carga de piedras si no eres lo que el resto espera.
Por no mencionar la injusticia del mundo laboral, donde nunca falta una mano temerosa que por defenderse del medio o ascender, o por su propia mediocridad, está dispuesta a apedrear al que tiene por debajo o a su lado mientras efectúa genuflexiones rítmicas al poder.
Cuando camino por la calle, en mi barrio Lavapiés –que tiene tantas piedras que parece una antigua trinchera–, no puedo dejar de preguntarme al ver lo que queda de algunas personas durmiendo en medio de la plaza, insensibles incluso al gentío que pasa a su lado, con cuántas piedras te cargó el destino, la sociedad y los que no apostaron nunca por ti para encontrarte rodeado de un muro del que no puedes salir, y que a veces incluso te niebla la mirada porque estás viviendo en el mundo de los muertos, de los apartados, de los que enterraron sus sueños con quién sabe cuántas personas más que no están para contarlo.
Cuántas almas estamos dispuestas a dilapidar porque son diferentes: por su religión, por su raza, por su manera de ver la sexualidad o cualquier faceta determinada por el destino. Nadie escoge el seno de la familia en la que nace, ni vivir en un país deprimido por la pobreza, o la esclavitud al que le somete el resto del los países supuestamente más desarrollados. Vale más la vida de un ser inocente, animal o persona que cualquier muro que levantemos, Las piedras que tiramos no dejan de ser verdaderos proyectiles contra nuestra inteligencia, nuestra capacidad de comprender y nuestro ser interior, que suele vivir escondido para mostrarse en contadas ocasiones.
Ojalá tengamos la fuerza de arremeter contra tanto cemento, tanta frontera, tanta bandera y tantos poderosos que nos separan. Ojalá podamos juntar todas las piedras con las que cargamos y construir un muro en el que grabemos con letras de oro la palabra libertad.
Quién esté libre de pecado...

miércoles, 27 de junio de 2007

Mi generación perdida.


No me interesan los primeros de la clase, los que trabajaban como si se les fuera la vida, madrugaban siempre y desde pequeños tuvieron la misma apariencia y la misma o casi igual forma de pensar que sus papis, tan educados… Esos sé dónde están y lo que están haciendo, cambiaron las buenas notas por buenos despachos que también les consiguió papuri como llamaba a su progenitor una belleza insensible que conocí hace algunos años, seguramente estarán cansados casados (mi generación ya tiene 34 añazos y contando) establecidos y reconocidos socialmente, tendrán una parejita de niños arios perfectos, buen coche y un futuro lleno de garantías sociales, planes de pensiones, muchas cosas poco tiempo y esa gilipollez de raza de aquellos que creen que el mundo se divide en dos perfectas partes, los normales y los otros… Normal es la mejor palabra inventada por la clase dirigente, recuerda un poco ese famoso orden mundial que actualmente sigue amenazando el planeta, normal es la defensa del que cree que su especie es la común y los otros, los perdidos, somos los desechos que la maquinaria de la sociedad expulsa de sus fronteras productivas, no quiero que aflore siquiera la descalificación hacia esa parte aburrida del orbe, que se perfuman cada mañana y salen a la calle a buscar el trozo de riqueza que le espera en su mundo perfecto hecho a medida y en el que no entra nadie que no pertenezca a su ralea salvo por la puerta de servicio o por la de la alcoba. A todos esos mi más sincera indiferencia, podría escribir el itinerario completo de sus vidas sin gastar un ápice de imaginación, pero no me interesa hacerlo.

A mi personalmente por pertenencia y fe, los que más me interesan son los otros, los no normales, los niños perdidos que vagabundeamos por medio mundo, que nos pasamos parte de la juventud corriendo detrás de una nueva experiencia, de un sitio que no conocíamos, de un nuevo chute de adrenalina. Los que nos pateamos a golpe de placer toda montaña o ruta interesante a nuestro alcance, los que viajamos con o sin dinero pero siempre viajamos, los que fumamos bebimos copiamos en los exámenes y si podíamos le robábamos un beso a la más guapa de la fiesta ante el estupor de los perfectos. Esos somos nosotros, los que para bien o para mal siempre engrosamos las listas de supervivientes, los que nos dejamos el corazón en el camino, nos casamos y divorciamos y encima volvemos a enamorarnos con la misma inconsciencia suicida. Somos los herederos de todos los Ismos, los que aún hoy de vez en cuando bailamos hasta que sale el sol, corazones rotos entregados a un desconocido destino, llenos de cicatrices, siempre camaradas, siempre aventureros, enamorados de la música y los atardeceres cerca del mar. No nos queda otra, mi buena y eternamente joven generación perdida, que seguir equivocándonos; equivocarse es el privilegio del que busca, seguir buscando a la larga se torna más un fin que un medio, no hay nada más triste que llegar a Itaca y quemar las velas, para darte cuenta de que Penélope crió culo, tiene un amante y tu sigues soñando con un nuevo viaje rumbo a lo desconocido. ¿Lo escuchas? Es el rugir del mar, el viento de cara, sin reloj ni normas; sé que lo escuchas como yo, incluso, sentado en medio de la oficina, sientes dentro de ti la bestia suplicando libertad, ese es el estigma de los no esclavos, de los que no somos libres, de los que simplemente formamos parte de una generación, la generación perdida.

lunes, 25 de junio de 2007

Vigilia del superviviente

No creo que a estas alturas de la película pueda entender algo de la rueda de la vida que gira, Samsara, a una velocidad pasmosa, y por qué, en medio de este escenario tan grande, aparecen las personas en el preciso momento en el que el desastre empieza a menguar lo último que se pierde y lo primero que a veces nos traiciona, la esperanza.

Que extraño viaje, a veces tengo miedo de lo que siento e inevitablemente acabo sintiendo. Cuál es la fracción más parecida a la felicidad que he vivido, cuál es el sabor que queda cuando se rompe del pacto tácito entre el caballero y el superviviente, cuál es la pregunta que no quiero formularme por que conozco la respuesta.

Tengo sueño, que fuerte me empieza a pegar el verano, será que estoy renaciendo!

Luces de verano

Por fin una luz después de un invierno que aún no ha terminado del todo pero empieza a dejar de enfriarme el alma , lo más duro y lo menos denso.
Quizá la persona que llevo esperando toda mi vida, ha estado siempre a mi lado, quizá siempre nos quisimos y mi propia tendencia al suicidio las hormonas y el acné me impidieron verlo claro. Siquiera la constatación de que nunca estás y cuando apareces tienes la llave, me bastó como señal inequívoca del desastre.
Y en medio de la noche siempre brilló tu estrella.
Me da miedo darme cuenta a un pasito de tu marcha, que tanto me importas y que te aprendí a querer en libertad, donde el amor no se torna mercenario, y puedes estar con quién quieras, y yo regalar mi corazón y siempre queda un rincón que tiembla cuando me miras y me dices que me quieres.
No se si es todo lo vivido o que me reconozco tanto en ti que me da más miedo que la propia diferencia, no se porque siento tanto cuando te tengo cerca y porque nunca pensé que pensaría que algún dios híbrido me susurra más allá de parentescos que ese trocito de mi alma que me falta para ser entero lo llevas tu dentro muy dentro…
Y en medio de la noche siempre brilló tu estrella.

miércoles, 20 de junio de 2007

Con la voz partida


Que sea media noche a las cuatro de la tarde en el curro no es extraño, que salga a la calle y encuentre mil ojos vacíos de tu mirada, no es extraño, redobla la guitarra de mis desvelos, me acompaño de una sombra que tiene tu forma y siempre que la abrazo desaparece, cárcel de oro.

Y yo sigo aguardando, tanto que a veces se me escapa mirar el teléfono y no llamarte, mirar el reloj para pensar que estarás haciendo ahora y seguir con la callada por respuesta, la duda es un liquido que corroe las entrañas, el respeto es la maldición que me impide verte, el amor es lo que hizo que te marcharas…

Mañana al amanecer redoblan las campanas de tu ausencia. Darme aunque no pueda más, darme en las calles, en los balcones, en las sonrisas extrañas, en los atardeceres, darme en todos los días, en los desvelos, no llamarte a gritos de silencio, puñados de primavera que voy perdiendo, que entre las calles me voy perdiendo….
Mañana, tras tu ventana mirando al cielo…
Mañana tras tu ventana, que no te tengo, que no te invento
Cambio por un puñado de luz, un corazón en silencio, mudo de tus palabras de mis desvelos.
Mañana si es que no siento, si es que no siento.
Vuelo, de una gaviota que a líneas blancas recorta el cielo.
Dame, dame la libertad de quien se siente, por que tu sientes lo que yo siento,
La libertad que rompe el tiempo.
Que desata los nudos que une el amor con el sufrimiento.
Noche manchada de estrellas, de luna blanca y afilada, que corta el cielo de tu recuerdo, a la negra noche tu negro pelo, mi negra ausencia, tus negros ojos que no despego de la armadura que se me oxida, que se rompe a golpes de silencio, de tu silencio…
Canta gitano a un corazón que ama mientras se pierde en el viento.

de mi cama y tu recuerdo


Reviso las cosas que creí aprendidas, me quedo con muy pocas, son inexactas , no existen los días, siquiera los lunes cabrones, la realidad lineal que me enseñaron no es más que una alegoría de el extraño pasar del tiempo, preferiría contar los latidos del corazón y ponerles un número, hacen tres millones ciento ventiun latidos que no soy capaz de olvidarte, ocho noches que intento apartar de mi cama tu recuerdo, siete amaneceres que no amanecen, tic tac, pum, pum. Hacen demasiadas horas que perdí mi sombra y sigo siendo el eterno niño que necesita una mano al lado para cuando el camino se torna oscuro, y las primaveras mueren al cerrar la puerta de tu casa y despedir de nuevo a mis sueños. Me falta un trocito, camino a mi manera a tropezones, recibo todos los golpes en la misma diana.
Fuente seca derrama generosa el agua pura que rebose el hueco de mi mano huérfana de la tuya, el amor vive escondido detrás del país de nunca jamás sigo buscándolo, Reconozco en otros mi mirada, somos muchos los niños perdidos, horizonte plano, solo un mar bravo al frente, bajel velero antaño temido cambia el rumbo de su estrella para perderla de nuevo y reconocer el mismos punto de partida, un poco más viejo, un poco más cansado pero nunca vencido.
Cronos respeta mi recuerdo, no te alimentes de mi pasado. No dejes que muera engullido por la rutina, son pocas las luces y siempre terminan apagándose. Pondré una flor viva en el altar de venus, buscaré la constelación perdida que me conduzca a tus sueños, prefiero seguir deshaciéndome a claudicar y sentarme a ver la tele mientras narcotizo mi existencia.
Solo me queda un miedo, el de tu partida desgraciadamente lo conozco, es amargo, sordo, incalculable. El otro sigue en la sombra a ese no he encontrado las fuerzas para enfrentarme, nunca es mucho tiempo para el viajero. Mañana es solo una promesa, para quien sueña el sueño de la vida, ahora solo puedo agarrar con fuerzas el timón y esperar que cese la tormenta, no me queda otra opción, desconozco donde quedó el mapa que marca el tesoro escondido para escapar de este ensueño que murmura a mi oído izquierdo soledad, mientras un viento salvaje me conduce a ninguna parte.

El espacio entre tu sombra y mi destino


Me reservas la cara oculta de la luna. La visible es bella pero más efímera menos imaginativa, siempre he preferido los espacios por descubrir, vagar errante tiene ciertas premisas y yo creo que cumplo bastantes. La edad indefinida, el aspecto más fiero que la realidad, la estatura mediocre, más atractivo por lo optimista que por lo bello, delgado de correrías y buenas juergas, gordo de pasta y buen vino, un corazón apartida con el rugido de los mares del sur en su interior, pocas cicatrices externas y el alma de un pirata gregario, a veces de antaño, y a veces por estrenar.
El entusiasmo a flor de piel, equipaje indispensable, mucha música, payaso por reservado, por lo general falto de sueño, mi única patria lo sabes…tus caderas y el mar.

Te busco desde hace más tiempo que el que mi recuerdo es capaz de catalogar, llevo 34 años pisando arenas movedizas, tiendo a estacionarme en el olvido, reviso atardeceres, mi oficio ideal contar olas, me apenan las flores que mueren en el asfalto, pierdo a jirones trozos de vida a cada año la intensidad siempre se cobró su precio, mato mis fantasmas con letra impresa, ex convicto de tus besos, navego sin bandera, a la izquierda de Dios y a la derecha de Baco, rumbo a Venus, creo que por eso, me cuesta tanto encontrar la senda de conduce a tu alcoba
Te vi, te rocé , o creí verte en otras mujeres, el tiempo se encargó de demostrarme tu ausencia, no puedo entenderlo, pero cada rasguño en el miocardio tiene un nombre, muchos momentos, y un sabor amargo. No espero piedad ni gloria, prefiero que no me toquen los cojones a disfrutar de 5 minutos de victoria efímera, suplo con humanidad mi falta de inteligencia y aunque a priori no lo demuestre no tengo ni puta idea de cómo funcionan las bambalinas de este gran teatro de lo absurdo. Me describo para no borrarme, para dejar que caigan los dogmas por su propio peso, quien tenga el mapa por favor muéstreme el camino del país de nunca jamás, pues necesito reunirme con un montón de desconocidos que amo, el oficio de la caballería andante no tiene muchas prestaciones sociales en esta época, el sueldo suele ser miserable en comparación a la veces que nos exigen bajar la testuz, y estoy un poquito cansado del minutero el de las oras y sobre todo del hijo de puta del segundero, que corre incansable, tic, toc, pintando de materia gris el no tiempo mudo.

martes, 19 de junio de 2007

desasolitud

Los sentimientos y las medidas, son una compañía imposible, es como desahuciar el corazón en el cajón de la ropa interior más atrevida. la que casi no te pones. Soñar con la proa de un barco, una mesita soleada y un copioso desayuno a las 12 y media recién levantada, morena, delgada, y el cielo de los imposibles alejándose lentamente de tu vida. Entonar Asturias patria querida borracha de don periñon mientras un marinero griego manosea tu tus curvas como si fueras la última isla por evangelizar ...
Y tu, entre la arrugas y los decibelios del móvil, entre los treinta y los cuarenta años ladrones, la menopausia y la ninfomanía, sonríes libre.
No sabemos si te ha tocado la lotería o lo has mandado todo a tomar por el culo, ni falta que hace, la felicidad aveces es una foto de postal con sello muy caro y sin dirección definida, cambiante, y con destinatario desconocido. Recuérdame en el cielo si es que te vas primero, brida a mi salud y a la de el resto de los esclavos, disfruta por todos de la bendición del asueto imaginario y cuando regreses a la realidad, tráeme esa postal en la que tu sonrisa se parte el culo del mundo. que ya va haciendo falta.....


Cuando te escribí esto en una falsa postal, estabas en medio de un terremoto que te derrumbó el mundo luego apareció otro que te pintó la sonrisa y ahora que auto retrato mis batallas no me faltó tu mano para salir del peldaño de Sabina al ladito del infierno.
Sólo gracias Ñaca

a solas con la tristeza


Bueno un poco de escritura de nuevo para sobrevivir o vivir solamente que el sobre es un añadido y nunca sabes que se esconde. últimamente sólo tengo ganas de palmarla. me da igual el día que sea de la semana. Me da igual quién me llame por teléfono o que pasen por la tele que ni enciendo. No me emborracho por que me acuerdo de ti. por decir algo, me acuerdo de lo que viví y sigo sin entender por que un día llega dios enciende una cerilla y te quema la casa, Y se mueren dentro años de sueños. y los sustituye por una mochila de tristeza que por mucho que disimule sigue enganchada a la espalda, hace meses que para llorar sólo tengo que rascarme el brazo, o mirar al cielo o abrir los ojos en medio de la noche en una casa que me es extraña desde que te fuiste. No te preocupes que si he cambiado, antes sabía lo que no quería, ahora ni eso , creo que si arriesgo un poco más, salgo a la calle y todo.
Como consuelo o triste parecido me queda el trabajo, cuarto milenio, los domingos por la tarde y medio centenar de discos que no puedo poner, ya sabía yo que tenía que haberte regalado los que me gustaban. Bueno y luego la rutina que lo llena todo, creo que sin amor no merece mucho la pena, ya ni cocino por no tirar más comida, no me apaño solo para uno. No te estoy pidiendo que regreses, eso ya tendrás que hacerlo tu solita para firma la casa y recoger tus cosas, me hace daño sólo pensar el verte. Que pena de primavera ahora que empieza el sol, y se rompe ,sólo quiero pedirte que por lo menos no hagas nada más, no puedo discutir ni pensar más, pasa despacio lo que te queda por mi vida, por que un pisotón más y se me rompe del todo, llévate lo que quieras, incluidos los retratos y las fotos en las que salimos los dos juntos, sobre todo llévate el que nos tiro mi amigo Tomi el jipi, en la que aparecen dos personas felices abrazadas y con las llaves colgadas del cuello. Esa me duele cada vez que la miro, y no he conseguido quitarla. Y la próxima vez ,si es que la hay, sólo te pido una cosa, no prometas nada, no es necesario envolver los trozos del corazón en papeles de boda y planes de futuro, el futuro es lo que quieras que sea, lo malo es que hay que saber lo que se quiere, el mío ahora tiene 5 minutos. y lo único que me dice es que siga respirando. no hay más.

Mi primera oscuridad:

Cerraste la puerta y... me entregaste al abandono.
No se si duele más o menos que la última vez o simplemente entra dentro de lo previsible, siempre que te vas nunca amé tanto, nunca tanto se esparció al viento. el dolor es una camino ya oradado.
Te regalo el portazo, la media vuelta, la cara oscura de la cena. la casa sola, la cama vacía. La noche sin nadie con quién taparte. El gélido invierno, comprar sólo, no cocino para uno, otra cañita y me quedo por que no me espera nadie, la lavadora, las pajas, no queda ni cebolla, tengo miedo y no estás para que te lo cuente, para que te lo descuente, para gritarme vete, para dejarme ido para marcharte mucho antes de irte, y verme a despojos repartido en las fotos, escondido en un libro, en alguna canción...
Hazme un sitito soledad y nos fumamos el canutito del sueño, que casi está amaneciendo. Corre, no paro en casa, otra vez ante un precipicio, vogando en la tempesta, caminando desnudo en la carretera de una ciudad lloviendo, sin escuchar nada, siquiera mis propios gritos ahogados por la espuma de la dignidad, rechinar de dientes, ya llegan... oscuridad.

No quiero crecer tanto que no necesite quién me arrope, cuéntame un cuento que no termine ganando perdices de a 8 horas, que no acabe mis días en una oficina con una jubilación miserable, que no sea un completo adaptado.
Dónde está mi playa llena de amigos, todos felices y atestados de cicatrices y de fiestas asta el amanecer. Con nuestros perros y nuestras lechugas, nuestras plantas de maria, nuestros dos cojones para no claudicar y seguir sin pasar por el aro. Dónde esta el futuro que nos pormetisteis. se reduce a un robot con forma de mascota que sólo unos pocos pueden tener, se reduce a un mundo de ricos y pobres, se reduce a un nuevo virus que afecta al cerebro y te convierte en un votante de derecha con cuatro por cuatro incluido?
Encenderé de nuevo la hoguera, hay sitio para todos y lo mejor es que muy pocos quieren sentarse al fuego, están demasiado ocupados hablando por el móvil, viendo la tele, montando otro ciber polvo...
Si lo necesitas, si tienes frío ,siéntate y desnúdate para que nos calentemos juntos, no te preocupes por el resto del mundo están de rebajas se venden por muy poquito....
No tardes mucho en hacerlo, que llevo una vida esperándote y no tengo tanta santa paciencia... corazón