A veces es tan sencillo cómo parar y decir las cosas con cariño, es tan simple como comunicarle al interlocutor que no tiene la necesidad de herir para que prevalezca su opinión. La verdad no es más que el patrimonio de los ignorantes, pues es muy difícil de vislumbrar y, seguramente, el que la posee no ha desarrollado la capacidad de acercarse más a ella, o no está cerca de nosotros para contarlo.
Me propuse, en medio de la zozobra del año que despido, aferrarme a dos cosas. Una fue la sinceridad y, para potenciar este sano ejercicio y poder aclararme y dejar manifiesto mi opinión y sentimientos, lo plasmé en entreelmaryelasfalto. Cuanto expuse, independientemente de mi ideología de izquierda animalista/activista, en especial lo tocante al corazón, partió de la sinceridad. Cuando sentí la falta, cuando amé o no entendí alguna reacción, lo publiqué, para no dar lugar a otras interpretaciones, para dejar de ocultar mis sentimientos y compartirlos con todo aquel que se asome al blog.
Muchos de los post publicados tienen un nombre detrás y van dirigidos a una persona, normalmente una vivencia o situación compartida. Otros son disparos de amor al viento que, en ocasiones, regresaron vestidos de una forma u otra.
Creo que, terapéuticamente, manifestar sin tapujos lo que sientes es algo maravilloso. Al principio me costó mucho por miedo al rechazo o por lo particular de las situaciones y el momento que estaba atravesando. Puede resultar contradictorio mezclar pensamientos políticos, polvos casuales, sentimientos críticos, amistades y amores inmortales, pero así es mi vida, ni más ni menos intensa que la de cualquiera. Las posibles contradicciones no obedecen más que a mi naturaleza y a lo mucho que me queda por andar para tener una visión global y positiva.
Comprender es uno de los caminos que señala el budismo: compasión y compresión. Así, formula primero compasión como una forma de empatía global con la vida y los que la transitamos, con los sentimientos de los demás y los nuestros. A través de eso, que no es más que el amor, llegará la comprensión.
Lo segundo a lo que intenté aferrarme es al Amor, seguramente porque lo perdí -mejor dicho, cambió-, y lo consideré muy necesario. Cuando escuché lo de amaros los unos a los otros, nunca entendí a qué se refería ni como es posible amar a un desconocido o a un hijoputa que se dedica a jodernos la vida.
Realmente, he comenzado a comprender que si quiero vencer la violencia, sólo existe una fórmula. Si logro mantener este propósito y aprender más el próximo año sobre la sinceridad y el amor estaré más cerca de la felicidad, la mejor forma de sabiduría que conozco.
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1 comentario:
me tengo que poner al día en tu blog, he leído esto último y espero que con sinceridad y amor lo consigas, me parece precioso y nada fácil. El mundo esta cada vez más dominado por hijosdeputaegoístas y es difícil ver cosas bonitas pero si las hay desde que uno se levanta. Aunque sea con lluvia, y demos gracias a la lluvia que cada día que ocurre es un milagro y más lo va a ser.
Besos desde aquí y felices días y sobre todo, feliz año nuevo que seguro que no te veo.
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