Para reconocerte fuerte y que no cierres la mano con la sensación de que la arena se escapó y solo queda el viento, y para cantar alegrías que además del palo flamenco son esas cositas bonitas de la vida que a veces pasan y otras pasan, espero llamar en estas letras huérfanas a la esperanza, prima de la curiosidad y sobrina del beneficio de la duda.
No creas que el desierto en el que te sumerges está exento de vida. Puede que la aridez del terreno, junto con lo cambiante de las dunas, borren el paisaje para convertirlo en un mar doloroso pero, incluso, en ese páramo dónde te encuentras, luce un sol incandescente y muchos seres luchan para sobrevivir y cumplir con su ciclo de experiencias.
Por mucho que creas que perdiste el camino, estoy convencido de que a los lugares más bellos sólo se accede tras mucho tiempo de pérdidas. Algunas son necesarias, las menos; otras, son fruto de la elección propia y de la inevitable resultante de darte cuenta que uno y uno son dos extraños. En otras ocasiones, suman tres si cuentas los números de la agenda.
Nadie nos acompaña en este tránsito plagado de incertidumbre durante todo el tiempo. Hay muchas cosas que aprender y muchas personas con las que encontrarnos. Sabes que muchas veces tienes que escoger la senda tenebrosa y superar los miedos para poder continuar más libre. No sólo mudamos de piel. También lo hacemos de cargas y, por muy doloroso que parezca, el ciclo forma parte del maravilloso poder del cambio natural de lo falso a lo verdadero, de la semi oscuridad, a luz del candil. No te sientas siempre sólo porque, en el fondo, una parte de ti sabe que no lo estás. No te lamentes por escoger una senda equivocada, porque lo que encuentres no forma parte de tu naturaleza. Alégrate de que, por ahora, tenemos tiempo para tomar el rumbo que consideremos mejor. Por mucho amor que sientas, si has aceptado marcharte, haz tu equipaje de forma delicada. No es lo mismo una herida mortal que el corte del bisturí del cirujano. Las dos duelen pero el resultado es totalmente opuesto.
No te recrees en la tristeza. Olvida que venimos a este valle de lágrimas a sufrir. Así es como se condenan los conformistas a seguir siendo infelices; así es como se programan los robots, se silencias las revoluciones. Todos tenemos el derecho y el deber de buscar la felicidad sin paliativos y de la manera más extensa de la palabra. Si en esa búsqueda consigo incluir mucho, mejor. Así no solo encuentro si no que descubro.
Suéñate feliz. Recuerda todos los sitios que quedan por visitar, los amaneceres por vivir, la juergas por correrte y la música que vendrá para alegrar cada momento. No pienses que siempre será así, porque siempre es algo inexistente. Todo cambia. Para sentirte feliz es tan sencillo como sentarte a llorar y levantarte después para seguir caminando menos pesado. Es tan sencillo como sentirte querido y, si no lo sientes, si sufres por eso, me da igual quién seas. Yo te quiero, por que estamos más cerca de lo que piensas. Los dos necesitamos amor, simplemente, amor, sin género, ni número, ni edad.
Haz todo lo necesario para continuar luchando y no te lamentes por hacerlo. La lucha te puede llevar a ser un maestro en el arte de la guerra interior. Recuerda lo que escribió Borges: felices los felices. Lo demás, que venga, que lo estamos esperando.
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3 comentarios:
Que bien escribes. De ver vuestros blogs me están entrando ganas de volver a empezar uno de nuevo.
Tienes espíritu de poeta, de poeta libre, aquellos cuyas palabras son en realidad imágenes del mundo, de cada momento que transcurre por sus vidas y donde cada persona que alguna vez se ha parado a observar como se mueven las hojas de los árboles o las nubes en el cielo también se pueden ver reflejados a si mismos.
Me gusta lo que dices aqui. Alguien dijo una vez: si quieres que tus sueños se hagan realidad, ¡despierta!, así que en lugar de soñarnos felices, despertemonos felices...
Hipo, permiteme si desde la ignorancia y el cariño me atrevo a decirte: ¡¡¡¡aplicate el cuento!!!!
Aunque no se por qué me da que comienza a amanecer, lo cual me alegra infinitamente...
Me quedo, de nuevo, con la profundidad de tus palabras y añadiría a lo dicho que la felicidad es una actitud, basta con mirar amanecer cada dia y estar dispuesto a ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacio...
Besos
Jajaja: si es verdad que me quieres entonces...ayúdame de verdad a hacer el calendario!!! Y dedícame más de dos líneas rápidas de un mail, joer, que tengo muchas cosas que contarte, sobre todo de este finde que ha sido increíble. Qué fuerte el acto antipieles y qué guay nuestro acto paralelo e improvisado en medio de gran vía: ojalá hubieras estado! Yo lo flipé! Y tengo más cochitas que contarte...cuando tengas tiempo, vale?
P.D. Me alegro que vuelvas a estar así de en forma y feliz!
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