martes, 4 de diciembre de 2007

Desde la locura

A veces llegan cartas del cielo y te abren un poquito esa parte consciente que se emociona, que no tiene edad y siempre supo apreciar lo bello, provenga de dónde provenga. El medio es indefinido. Puede ser una frase que leas y te descubra algo de ti o un mensaje, igual para todos, pero preciosamente diferente para el que lo recibe a tiempo.

Puedes estar andando por la calle absorto en lo que piensas, cargadito de problemas y descubrir algo más importante que te hace sentir mejor y más fuerte. Un solo detalle puede modificar la mayor de las tristezas y provocar un estallido de luz en las neuronas, cansadas del tedio de la rutina. Un pensamiento en medio de la noche que alguien, sin saberlo, nos envía provoca que la escritura automática de tu inconsciente reclame que la tinta no caiga en la enumeración de datos, sino que implora belleza como necesidad de supervivencia, cómo cicatrizante, como grito desesperado que libera.

Para no transitar en un baño de cuerpos, para suspender el alma en el nirvana de la iluminación momentánea, para no recurrir a la religión ni a la interpretación de las señales... Todo está dentro de mi mente y fuera recibo llamadas a los distintos hemisferios que me sustenta, golpes a la razón que estructura desde lo más tangible a nuestra propia parte líquida.

Quizá el cuerpo cree su propio sonido, el latir del corazón, el paso de la sangre, la glándulas segregando. Quizá la suma de nuestro propio mapa sonoro cree una melodía en consonancia con el universo. Quizá los colores más bellos los crean la neuronas al excitarse. Quizá los secretos de nuestra existencia se escondan en el núcleo de las neuronas, de las células, de los planetas, del Sol.

Desde el brillo de la Supernova, al púlsar que recorre el espacio, no existe el tamaño, todo está disgregado y unido a la vez. Quizá la gravedad sea sólo una forma de amor de la tierra que nos mantiene unidos para no perdernos. Quizá nuestros pensamientos positivos iluminen una zona desconocida y lleguen de nuevo a nosotros vestidos de cartas del cielo.

1 comentario:

Carmen dijo...

Hola compa�ero,
leer esto ha sido como leer una Carta de luz, as� T� las has llamado y me ha parecido tan cercano...