Señor, te rezo por mí y por los compañeros piratas que cruzamos todos los océanos que nos permitió la fortuna, que más que considerar si la botella está llena o vacía preferimos bebérnosla (por supuesto de ron), que no cambiamos dormir en cubierta para ver las estrellas por cualquier suite de lujo.
Te pido por esa familia de huérfanos de cadenas que tuvimos que adaptarnos a la sociedad, para que nos concedas la posibilidad de ser libres y regresar al mar.
Por los que cambiamos el parche en el ojo por las gafas de oficina, el abordaje por los informes, el océano por un agujero hipotecado. Concédenos la fortuna de romper el horizonte a bordo del galeón y escuchar el golpe de los cañonazos en el corazón, atacando a cualquier nave de banqueros o de millonarios religiosos o de mercenarios disfrazados de soldados (que es lo que siempre fueron) y pasar uno a uno a cuchillo antes de que se adueñen por completo de este mundo.
Danos la gracia de llenar las galeras de oro para arribar a tortuga y dilapidarlo lo antes posible en comidas, juergas y putas con los colegas, y regresar corriendo a puerto sin un real encima, libres y felices, como sólo los que no tienen ni miedo pueden hacerlo. Cómo los que lo perdieron todo, incluso el corazón, y están libres de cargas para disfrutar más de la vida
Danos la posibilidad de conocer mundo sin necesidad de hacerlo sólo 30 días al año, líbranos de los impuestos, de fichar cada mañana, de las comerciales macizas, de los trajes y uniformes, de los dictadores que ofrecen trabajos y pretenden comprar tu alma por mil miserables euros al mes. Concédenos la gracia de colgarlos del palo mayor mientras nos descojonamos en cubierta.
Líbranos de los atascos, las multas, los aparcamientos, los madrugones, la tele, los malos humos, las bonificaciones por objetivo cumplido, las medallas al mérito, la sangre teñida de diferentes colores y posiciones sociales, de la canallesca de la usura.
Devuélvenos al salitre, el viento de cara, la humedad hasta los huesos y esa sensación de mirar al horizonte y saber que el mundo es tuyo, no porque te pertenezca, sino porque lo navegarás por completo. Dejando atrás a una sociedad que dejó de tratarte como un esclavo y comienza a considerarte un enemigo.
Te lo pido por Poseidón, por Neptuno, por las sirenas, y sobre todo por todos lo hermanos piratas, fieros de apariencia y nobles de corazón, que encontré en esta y es muchas otras vidas.
Para que juntos cubiertos de gloria y vestidos de libertad orademos las tierras más lejanas y llenemos de nuevo el mundo de sueños y tesoros olvidados que tanta falta hacen para seguir viviendo.
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4 comentarios:
Aleluya, que fue de lo de a la vida pirata se vive mejor!!!
Ñaca tu si que sabes......
Connnnnnnnnnnnnnn
un poquito de Ron
Nuestro templo es el mar, y el altar el horizonte que emproa nuestro barco, para nosotros, piratas y sirenas, no existe un lugar mejor para hablar con Dios y mirar en los ojos de su espejo.
Me has hecho llorar de anhelo... con la nostalgia de un mar infinito y perfecto, siempre capaz de envolver nuestros sueños más locos y a la vez más grandes.
¡Gracias por estas lágrimas de esperanza, por sacudir mi alma y mojarla de agüita salá (la de río, por muy grande que sea éste, no es igual)!
Sin bajar de la cubierta, con las estrellas por techo y sin cortinas tras las que esconderse, abre los brazos y aprieta fuerte contra tu pecho porque estoy aquí, abrazándote con el cariño de SIEMPRE...
¡¡¡Mucha fuerza, mucha alegría y buena "borrachera" Capitán!!!
Hermoso poema pirata...al menos bastante genial para quieres admiran todo lo que signifique ser un pirata saludos..!
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