jueves, 26 de junio de 2008

Auto recomendación

Desnúdate, que es tarde para seguir parapetados. Desnúdate y sal del escondite en el que tiemblas. Sé que es complicado y que a corazón abierto todo duele y emociona más, si cabe. Desnudo todo se detiene. Estás tu y el resto, tu y esa parte escondida que rezabas para que apareciera, respirando fuerte, delante de ti y, a veces, delante de la sombra.

Desnúdate y abraza la vida. Abre los ojos que, desgraciadamente, están poco acostumbrados a la luz. Olvida las cicatrices que te hirieron y las marcas que dejó en tu cuerpo la armadura, después de tanto tiempo de cargar, corriendo de un lado a otro con el pesado acero protegiéndote de todo, menos de ti mismo. Desnúdate, corazón, y olvida el miedo de metal. Sufrir es parte del viaje, de esta estación.

Para poner en su sitio el mundo y poder amar, simplemente, amar, y sentarte en la orilla de los que celebran la vida, gane o pierda. Ya da igual, no puedo seguir escondiéndote para que no sientas; no puedo cerrar los ojos y dejar que pase para sentirme seguro; no puedo renunciar a vivir con el corazón porque sufrí la tormenta y convertir la estrella en fugaz cometa.

Desnúdate mi corazón... Pero nunca te regales.

jueves, 12 de junio de 2008

IF

Si sigues emocionándote delante de el mar

si Andas sin luz y muchas veces sin sentido pero continúas marchando

si aún te arrodillas y cierras los ojos para agradecer que estás vivo

si enciendes el faro para que llegue el barco y te recoja

si duermes soñando que mañana será una aventura preciosa para vivir

si no pierdes la sonrisa con los años, si te sigue emocionando la música

si creció la capacidad de amar y de creer en ti mismo tanto como en los demás

si sueñas que los milagros son posibles pero no te hacen falta

si encuentras amigos, libros canciones y experiencias

si tienes guardada en un cajón una carta de amor antigua, una foto de algún familiar que amaste, un beso regalado estampado en una servilleta

si te sumergiste desnudo en el mar

si corriste en un bosque mientras llovía y saltaste al vacío gritando de felicidad.

si de vez en cuando bailas toda la noche y te paras en la calle a ver amanecer sin importar el día de la semana

si siempre guardas una botella para celebrar lo inesperado

si alguna vez bailaste con la más guapa y besaste con pasión a la más féa

si te volviste loco de puro loco y al abandono amaneciste en unos brazos desconocidos

si visitaste el infierno y regresaste más fuerte

si amaste tanto que alguien, durante un tiempo, fue casa y cobijo para tu alma

si cuando llueve te mojas feliz mientras el resto corre a resguardarse

si no tienes complejos para decir ‘te quiero’ cuando lo sientes

si tienes amigos desde la infancia y no pasa demasiado tiempo sin que los veas

si tuviste un animal cerca, sombra fiel y compartiste con él sentimientos maravillosos

si te reconoces capaz de perderlo todo menos el honor

si nunca vendiste tu alma ni compraste la libertad de nadie

si no guardas rencor a quién dejó de amarte ni siquiera cuando la separación fue complicada

si tienes la confianza de que lo mejor de tu vida está siempre por llegar…


Al despertar de este sueño, podrás decir “he vivido”.
Y mucho más aún, SERÁS DE PUTA MADRE, hijo mío.



Dedicado a el hombre que pudo reinar y leer en la naturaleza el libro de la selva

martes, 3 de junio de 2008

A veces, me pregunto qué estarás haciendo, dónde te escondiste, si te mojó la lluvia, si fuiste feliz o dedicaste el tiempo a poner cada ladrillito en su sitio, a puntualizar la realidad.

A veces, me pregunto de dónde eres, si estarás cerca, si te conozco o si pasaste alguna vez a mi lado, quizá en un viaje; un solo instante bastó, un olor, una mirada, algo que gritaba al inconsciente y quedó a la espera del reencuentro.

Dejé de pensar que fueras única, que aparecerías justo antes de desaparecer en el precipicio para tenderme la mano. A mí me tocó compartir más, conocer más gente.

Puede que por mí mismo o por liberarme del pasado, puede que por ceñirme a lo irreal del ‘por cojones’ o porque en esta película tomes la dirección que sea, hay experiencias comunes, paso obligado para cualquier caminante.

Te enfrentarás a un dictador, a tus miedos, te verás sólo y una parte de ti nunca terminará de creer lo que ocurre, conocerás el amor y la soledad, la alegría y la tristeza, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte...

Y ese guión, que tanto cambia al personalizarse, que tantos matices adquiere, que tanto ignoramos, nos mantiene alejados y desconocidos en esa parte escondida que unas veces se levanta con ganas de buscarte y otras se abraza a los besos regalados para que no pase tanto tiempo naufrago en el mar sin unos brazos que me acojan, por mucho que, al día siguiente, siga buscándote en el mismo lugar, dentro de el mismo sueño.